Mal asunto, la verdad. De lo más ingrato cuando, como en nuestro caso, nadie quiere aprovecharlas para buscar otro destino y todos desean quedarse como hasta ahora. Y tu vas con los papeles y, en fin…
Como la mayoría de vosotros, supongo que os habrán suprimido, al menos, una plaza de infantil y os habréis vuelto locos con la maravilla de anexos que trae esa orden del año 92, talludita ella, sobre el particular. En tiempos donde el BOE no conocía los ordenadores, por lo que vemos, y además el que escaneaba y fotocopiaba, tampoco era muy hábil que digamos.
Al grano. En teoría, hoy acababa el plazo para comunicarle a los compañeros sobre los que pesa la supresión (todos los de la misma especialidad que la plaza a suprimir -supongamos Infantil-) y a partir de ahora tenemos cinco días para recopilar la información y enviarla a la Delegación (ya sé que no se llama así ahora, pero nos entendemos mejor).
Yo os cuento lo que nosotros hemos hecho, porque entre las instrucciones y la dichosa orden, la cosa es hasta interpretable. Hemos repartido entre las compañeras de infantil el documento denominado «Para Supuestos de Supresión del Puesto de Trabajo». Uno para cada una, para que lo rellenen con los datos que se indican en él y lo firmen. Después les hemos pedido que busquen entre sus papeles y nos fotocopien dos documentos: el nombramiento como funcionario de carrera y el nombramiento en el centro.
Con esos tres documentos y el anexo IV (hoja 1 y hoja 2) de la orden, de la que sólo hemos rellenado realmente la hoja 2 (Maestros que solicitan el cese en último lugar), porque la hoja 1 (Maestros que solicitan el cese voluntario) pues como no tiene miembros, sólo la hemos firmado el equipo.
En resumen, para nuestro caso, con esas dos tablas, más los tres documentos por profesora, fin de nuestro trabajo administrativo, al menos, por el momento. Ahora será la Administración la que, consultando la documentación, determine qué maestra será la que sea suprimida y nos deje. Ya os digo, mal asunto. En fin…